miércoles, 15 de agosto de 2007

DESDE EL CORAZÓN, DE AMÉRICA. El fin del mundo


Hoy, muy temprano, hemos salido a Boca Escalera. Para empezar dos horas en panga (una chancleta que flota) remontando el río San Juan y al llegar, después de visitar brevemente al Alcalde para confirmar la visita el día siguiente hemos cogido las motos Yamahas AG200 de trail. ¿Para qué tanto carnet de conducir internacional? No me han pedido nada, ni siquiera me han preguntado si la sabía llevar. Dos horas más de camino imposible entre campos de palmera africana, piedras, pendientes, ríos en los que la mitad de las ruedas quedaban sumergidas, barro como cemento caliente, puentes resbaladizos y… sin casco!!!! Al llegar al Ché, un pueblecito, el camino ya era impracticable y hemos alquilado caballos. El mío, blanco y obediente, ha subido colinas escarpadas como si en otra vida hubiera sido un tractor, ha cruzado profundos charcos de barro mientras yo levantaba las piernas en los estribos y ha trotado en los tramos lisos.

Hacia las dos de la tarde el cielo se apagó y un relámpago lo partió en dos, y entonces, cayó una tormenta. No faltaba mucho para llegar y, a gritos, cada uno desde su caballo, decidimos continuar mientras el aire rugía a nuestro alrededor. Eduardo sacó de su mochila una enorme camisa de cuadros para prestármela, escondí mi USB entre el sujetador y mi pecho y así, bajo la intensa lluvia, peleando con el lodo de todos los charcos, galopé con la ropa empapada, hacia aquella aldea en el fin del mundo.
14/08/07

1 comentario:

  1. Saludos de un español que también vive lejos de casa y que está completamente atrapado por tu diario.
    Un beso, sigue escribiendo.

    ResponderEliminar