sábado, 18 de agosto de 2007

DESDE EL CORAZÓN, DE AMÉRICA. Bacanal!


Ayer llamaron de la Embajada de Japón, parece que les gustaron nuestros proyectitos, quieren verme el martes. Aprovecho y me voy todo el fin de semana a Managua, necesito mimos.
Avioneta guarra y a la ciudad!
Al llegar me he ido directita a la oficina de allí, a preparar documentación y a conectarme con todas las comodidades. Google: chas!, El País: chas! Parece magia, disfruto como una loca.
De repente veo una cosa negra que se mueve por el suelo y aaaaaaaaaaaaaaaaaaarrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrggggggggggggggggghhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!Un alacrán!!! Un compañero lo ha matado con el bote de raid, no con el spray, con el bote y a ostias!
Después he ido a casa de mis tíos y he corrido a través del jardín a ver a mi abuelita. Siempre se emociona al abrazarme, es una sensación extraña ver a alguien tan feliz con solo verte.
Por la tarde he ido con mi prima al salón, no hay can-can, ni pianista, ni vaqueros, así llaman aquí a las peluquerías.
Compritas de caprichos americanos y regalos para mis princesas. A la peque le he comprado toallitas, pañales y leche en polvo, en San Carlos lleva un trapo atado con un imperdible, espero que su madre sepa como van estos pampers high-tech, yo no he puesto un pañal en mi vida.
Hoy hay cena de primos, ha llegado uno de Miami, también otro de España, los de Nicaragua y yo, los Selva somos una plaga.
Hace unas semanas un compañero de mi primo Ricardo atropelló a otro coche y mató a una niña que viajaba en él. Pagó una suma a la familia y nadie le ha denunciado.
Mi primo se ha cruzado mucho con esa historia y desde entonces salimos con chofer. Ahora bebemos aún más.
Han abierto un nuevo club, el Hipa Hipa. Tenemos mesa y camareros reservados, se nos unen los hijos de Daniel Ortega y un grupo de amigos de Montreal, Seattle y Roma.
A la mesa no dejaban de llegar botellas y botellas de Flor de Caña y entonces yo, toda borracha y melancólica de mi vida de traductora, sentí añoranza de hablar italiano. Me dirigí amigablemente a Cristian y empecé una animada charla, hasta que llegó su novia americana y casi me pega, se pusieron a discutir y nosotros salimos por patas y les dejamos a ellos con el marrón.
De allí al Chamán, botella de ron, merengue, calor y esa imagen de aquelarre latino a la que, ya en mi segundo mes aquí, empiezo a acostumbrarme. En un momento de exaltación de la fraternidad mi primo Ricardo me rodeó los hombros con su brazo y dijo:
- No te molestés prima por el consejo que te voy a dar, pensá que tu primo te quiere y todo te lo dice de corazón.
- Claro, claro, dígame primo- contesté mientras masticaba hielo.
- Dejá un legado prima. Tenés que dejar un legado para que este mundo no se llene de mierda; porque vos tenés algo muy lindo acá- dijo mientras se golpeaba el pecho- y eso no se puede perder cuando vos ya no estés.
Le abracé muy fuerte. Tengo primos maravillosos, mi familia, por ambos lados, es la bomba.
Más ron y… a bailar salsa! Síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, bailé salsa!!! Mi primo bailaba con una mulataza de impresión, su mujer con un desconocido, mi prima con otro, y venga a restregarse los unos con los otros. Todo vale mientras sea baile. Yo bailé hasta las tantas de la mañana con el dueño del local, hijo de nicaragüense y libanesa, ni recuerdo su nombre, pero me sobó más que la masajista de la tarde.
18/08/07

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