jueves, 6 de septiembre de 2007

DESDE EL CORAZÓN, DE AMÉRICA. Ya no más


Esta madrugada he abierto los ojos de golpe, como un interruptor, y he mirado el reloj (mi reloj Nike de snowboard con alarma para bajas temperaturas, tan apropiado para el trópico, donde vivo). Las 5.10, me he quedado dormida. Pero, ¿dónde está el despertador? Debajo del colchón!!!! Lo he escondido sonámbula!!!
A la oficina corriendo.
Correos, fichas, skype, pura actividad en España y yo, sorbiendo un café para rearmarme como un rompecabezas.

Entonces la cibernética paloma mensajera de Internet me trajo una alegría, muy simple, insignificante, pero la agarré para que me durara todo el día si fuera posible. Me hacía tanta falta que no puedo compartirla.

A mediodía he acompañado a Scarlet al único banco, sin cajero y sin nada, que hay aquí. Hemos ido a reclamar unos cargos desorbitados que le han hecho mensualmente y que ella no entendía. Seguramente un error. Le habían dicho que su saldo estaba a 0, y no podía ser…
- Son penalizaciones por no llegar al saldo mínimo estipulado
- ¿Le han notificado a la señora Barrios que iban a efectuarse esos cargos?
- No señorita, ella debe estar pendiente de las condiciones de su contrato
- ¿Ella tiene copia de ese contrato?
- No señorita, nos está prohibido dar copias a los clientes
- Es decir: firmó hace dos años un papel que no tiene y le multan sin avisar por no cumplir con una cláusula que está en ese papel.
- Sí señorita, así es.
- Disculpe mi sorpresa, en Europa las cosas funcionan de forma algo distinta
- Sí señorita, pero Europa es un país (atención al dominio de conceptos geopolíticos del director de la oficina) desarrollado. Y esto es Nicaragua.
Y así se quedó el tío, más ancho que largo después de haberle robado a mi casera 70$ al mes durante ocho meses, sin decirle nada, hasta agotar sus ahorros y dejarla en mis brazos con una desesperación que le apremiaba las lágrimas.

Por la tarde trabajé de mal humor, después fui a correr y más tarde continué trabajando con el portátil en casa. A las diez decidí que debía descansar de una vez y me metí en la cama, con mi pijamita y un agotamiento que me hacía sentir vieja.
- piuli piuli piuli (porque los teléfonos ya no hacen ring ring)
- Hola John
- Han venido unas chicas de una ONG de Nürenberg y vamos a salir esta noche. Venga vente, que se van mañana.
Y me vestí de nuevo, y de nuevo fui al Granadino y mi cabeza se exprimió otra vez para cambiar de idioma a idioma a cada girar de mi cabeza para hablar con alemanas, americanos y nicaragüenses.
Y cuando calculé que ya sólo iba a dormir cuatro horas le dije a John:
- Si mañana viene a verte Kofi Annan, y crees que tienes que llevarle al Granadino y enseñarle San Carlos, no me llames, déjame dormir de una vez.
- Ok, Globalita, ya no más.
06/09/07

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