sábado, 7 de julio de 2007

Gerard


Hoy me he despedido de ti y, al irme, te he mirado de lejos durante unos segundos, tu también me mirabas con esa sonrisa mágica que suaviza todos los dolores y que convierte en simples contratiempos mis catástrofes.

Casi he querido pedirte que no crecieras hasta mi vuelta, que te mantuvieras intacto, con esa misma sonrisa, para no perderme ni un sólo momento de esta vidita tuya tan llena de luz.

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