jueves, 26 de julio de 2007

DESDE EL CORAZÓN, DE AMÉRICA. Las escuelas


Hoy he ido a algunas de nuestras escuelas a supervisar e identificar. Los niños corrían hacia mí al verme sacar la cámara, todos querían ser fotografiados y se abrazaban y sonreían para posar para la cooperante española, como me presentaba el técnico.

Supongo que si mi familia no me hubiera llevado a Europa cuando aún era pequeñita, ahora tendría hijos que estarían jugando con estos niños.
Todo depende a veces de tan poco.

En Centroamérica la gente se inventa los nombres, cogen la mitad de uno, la mitad de otro y construyen el que les gusta; cuanto más complicado mejor, que sea único y que suene a princesa de otro mundo o a galán de telenovela.
Todo en la vida es cuestión de gustos, pero a mi me tiembla la voz cuando paso lista y tengo que leer a gritos cosas como Yanaira Davinka Acevedo Dávilaaaaaaaaaaaaaaaaa, o Danilo Yefri Cáceres Mendozaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
Cuando de verdad se me pusieron los pelos de punta fue con los niños Bruslí y Mel Gibson.
Pero en fin, no soy nadie para juzgar.

A la hora de volver al pueblo se me ocurrió ir en la parte de atrás de la pick up.
- ¿Está segura señora?
- Por favor Helman (sí, así se llama uno de mis compañeros), ¿quién cree que soy?
Maldita la hora en que se me ocurrió sentarme ahí atrás y recorrer el camino de vuelta, lleno de baches, piedras y lodo, saltando como un chimpancé en una colchoneta gigante.
Al llegar me tiré al suelo con las gafas torcidas y el cóccix hecho puré de frijoles.
- ¿Está bien señora?
- Claro, claro- y me alejé cojeando.

De vuelta al hotel me senté de lado para escribir mis informitos escuchando a Julieta Venegas para acordarme de mi peque y que se me hinchara el corazón.
Mi querida Marce, que imprescindible te me has hecho.

26/07/07

No hay comentarios:

Publicar un comentario