lunes, 30 de julio de 2007

DESDE EL CORAZÓN, DE AMÉRICA. El mercado negro


Las horas antes de ir a mi cita con los japoneses han sido una locura preparando toda la documentación que me faltaba, cómo odio las tablas de Excel!
En la entrada de la Embajada los de seguridad te hacen quitarte hasta los empastes, pero ya dentro todo fue bien y salí de allí con una sonrisita de satisfacción.

Después tenía que hacer unas compras, pregunté en la oficina si había otro lugar que no fuera el maldito centro comercial y me dijeron cómo llegar al mercado negro.
La excursión fue genial, caos, nicaragüenses que no iban disfrazados de gringos, nicaragüenses negros del caribe, turcos regentando tiendas de productos chinos; falsificaciones, un policía comprando cd’s piratas, puestos de comida, vendedores ambulantes y reggae sonando por todas partes.
Compré lo que necesitaba y “platiqué” con la gente que me preguntaba de dónde era y qué hacía en esa zona.
Me sentí libre y feliz y poblé mi cerebro de las imágenes del bullicio para las siguientes semanas, en las que vería las mismas caras en San Carlos o las de mis compañeros en las salidas a las comunidades más alejadas.
De vuelta en casa mi tío me preguntó distraído durante la comida:
- ¿Dónde andaba, sobrina?
- En el mercado negro- contesté con una sonrisa.
¿No oísteis los gritos desde allí? Se puso como si le hubiera dicho que había estado cenando steak tartar con Hannibal Lecter.
No estoy acostumbrada a que me digan lo que tengo que hacer y, aunque sé que mi familia simplemente se preocupaba por mí, en aquel momento deseé haber aceptado cualquier otro destino para mi expatriación.

Durante la cena se habló de la comunión de mi sobrino, que está teniendo los mismos preparativos de la boda de Felipe y Letizia.
Mi tía comentó detalles sobre la ceremonia y me recordó que yo estaba, por supuesto, invitada.
- Sobrina, es el 22 de septiembre, no se comprometa para esa fecha
- No iré a la misa, sólo a la fiesta, ya sabe que no soy católica
- Y qué hará mientras tanto fuera de la iglesia????!!!!
- Veré El Exorcista con el portátil
Pero la cena terminó entre risas, porque, ante todo, somos Selva.

Por la noche, es decir, a las 19.30, mi prima y yo fuimos a ver la película de los Simpson, doblada al mejicano.
30/07/07

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