miércoles, 14 de noviembre de 2007

Recuerdo de Birmania


Te amo por cejas, por cabello,
te dabato en corredores blanquísimos donde se juegan las fuentes de la luz.
Te discuto a cada nombre, te arranco con delicadeza de cicatriz.
Voy poniéndote en el pelo cenizas de relámapago y cintas que dormían en la lluvia.
No quiero que tengas una forma,
que seas precisamente lo que viene detrás de tu mano,
porque el agua, considera el agua, y los leones cuando se disuelven en el azúcar de la fébula,
y los gestos, esa arquitectura de la nada, encendiendo sus lámparas a mitad del encuentro.
Todo mañana es la pizarra donde te invento y te dibujo.
Pronto a borrarte, así no eres, ni tampoco con ese pelo lacio, esa sonrisa.
Busco tu suma, el borde de la copa donde el vino es también la luna y el espejo, busco esa línea que hace temblar a un hombre en una galería de museo.
Además te quiero, y hace tiempo y frío.


Julio Cortázar

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