lunes, 14 de septiembre de 2009

PAPA LLAMA XIII Machu Picchu

Hoy he madrugado bastante para ir a Machu Picchu. Había decidido que, a pesar de todo, no podía regresar a España sin visitar la Ciudad Perdida de los Incas.

El trayecto por sí sólo ya fue un espectáculo, las montañas, el río, el cielo tan azul…

Yo aproveché para hacer recuento de todo lo que vine a solucionar a Perú y aparqué a empujones en un rincón de mi cabeza. Está claro que volveré a Madrid con todo sin pensar y todo por decidir.

Un golpe de suerte y un guía desastroso trajo a mi camino a Claudia, una limeña divertidísima con quien hice amistad en las ruinas. Hicimos el payaso, nos fotografiamos juntas y quedamos en cenar juntas aquella noche con sus amigos.

Y bueno, Machu Picchu es especial, es cierto, su significado, las hipótesis de su desaparición, los templos, el cóndor… Lo acepto todo pero… hay para tanto? Quiero decir sí, estaban muy desarrollados pero tampoco hace tanto que levantaron su imperio no? No sé, a mí todo me parece ridículo después de los egipcios…

En fin, aquella noche fui a cenar a uno de los restaurantes de Gastón Acurio. El tipo este tiene en gastronomía lo que Amancio Ortega en ropa. En Madrid Astrid y Gastón es un buen ejemplo de alta cocina (alta y cara) peruana, pero en América Latina el tipo es un mito.

La cena una maravilla pero lo que fue de verdad delicioso fue la compañía de Claudia y sus amigos que se ofrecieron para ayudar a Gemma, al Hogar, a mí en mi lucha contra la administración y la policía peruanas y que al final me dieron una noche de risas, historias, proyectos y piscos.

Claudia, Manita, Oli, Malli, Sylvia, Juanqui, Patty, Sandra...

Qué gente más maja…

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