Hoy es el día de la independencia de Brasil y toooooooooooooodo está cerrado. Qué aburrida puede llegar a ser una ciudad cuando vive sólo para adentro...
El calor es insoportable, no hay nada que hacer y ya las dos soñamos con voler a la selva y los lujos de nuestro hotel tropical.

Al atardecer una parte de la orilla del río despertó con el ruído de los helicópteros del desfile militar.

Gemma y yo tenemos hoy un objetivo claro: emborracharnos (de una vez ya!) a base de caipirinhas.

La noche de hoy ha puesto a prueba mi capacidad de hacer reír a otra persona. Creo que nunca había hecho tantas payadas. Gemma ríe pero de vez en cuando vuelve el tema...
Más caipirinhas...
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