El fútbol es cambiante, como lo es la economía y lo somos las personitas. Los ciclos empiezan y terminan.
Hay que saber reconocer cuándo un ciclo ha terminado y actuar.
En los 70 se vivió el Fútbol Total, en los 80 Sacchi y su defensa zonal-robo-presión, el catennacio.
Los 90 (los que yo viví) fueron los años del Dream Team.
En el primer lustro de esta década hemos disfrutado del fútbol de toque, del Barça y los cracks. Esa época también terminó.
Ahora quienes la tocan son los ingleses, y la prueba es que tienen tres equipos en semifinales de Champions.
Su juego es la fusión de lo físico y lo táctico: potencia, velocidad, jugadores africanos, pressing testosterona…
Desde la final de París de 2005 el Barça ha estado más pendiente de sus contratos publicitarios y del Dolce far niente que de sus partidos.
Los seguidores reconocen desde ayer que ya no sirve tener un buen equipo, soltarlos en el campo y sentarse a ver como se lucen. Hay que decirles qué tienen que hacer. Para eso hace falta mandar a Rijkaard a ordeñar vacas y traer a un entrenador que trabaje la estrategia, los corners y las faltas.
Anoche Milito recibió un saque de falta de un jugador diestro, su cabezazo habría sido gol si hubiera recibido de un zurdo. No sé, es una teoría...
El Barça necesita un entrenador con planes B que modifique el ritmo de un partido cuando sea necesario, que ponga en su sitio a las figuritas... Un entrenador que fiche extremos si lo que quiere es jugar por la banda.
Un entrenador estricto, meticuloso, serio.
¿Mourinho?
Puede haber bofetadas, mucha gente quiere que el portugués se vaya al teatro, pero a Guardiola le faltan todavía un par de hervores.
A ver como se lo montan, yo sólo tengo una cosa que decir y es:
Aupa Osasuna!
Hay que saber reconocer cuándo un ciclo ha terminado y actuar.
En los 70 se vivió el Fútbol Total, en los 80 Sacchi y su defensa zonal-robo-presión, el catennacio.
Los 90 (los que yo viví) fueron los años del Dream Team.
En el primer lustro de esta década hemos disfrutado del fútbol de toque, del Barça y los cracks. Esa época también terminó.
Ahora quienes la tocan son los ingleses, y la prueba es que tienen tres equipos en semifinales de Champions.
Su juego es la fusión de lo físico y lo táctico: potencia, velocidad, jugadores africanos, pressing testosterona…
Desde la final de París de 2005 el Barça ha estado más pendiente de sus contratos publicitarios y del Dolce far niente que de sus partidos.
Los seguidores reconocen desde ayer que ya no sirve tener un buen equipo, soltarlos en el campo y sentarse a ver como se lucen. Hay que decirles qué tienen que hacer. Para eso hace falta mandar a Rijkaard a ordeñar vacas y traer a un entrenador que trabaje la estrategia, los corners y las faltas.
Anoche Milito recibió un saque de falta de un jugador diestro, su cabezazo habría sido gol si hubiera recibido de un zurdo. No sé, es una teoría...
El Barça necesita un entrenador con planes B que modifique el ritmo de un partido cuando sea necesario, que ponga en su sitio a las figuritas... Un entrenador que fiche extremos si lo que quiere es jugar por la banda.
Un entrenador estricto, meticuloso, serio.
¿Mourinho?
Puede haber bofetadas, mucha gente quiere que el portugués se vaya al teatro, pero a Guardiola le faltan todavía un par de hervores.
A ver como se lo montan, yo sólo tengo una cosa que decir y es:
Aupa Osasuna!