Los protagonistas cotidianos del amor y de los celos no reflexionan sobre sus actos y mucho menos son capaces del relato sosegado. En cambio, a los que viven en el mundo de las ideas les está vedado el de las pasiones. Los que podrían elaborar teorías sobre el amor sólo saben de soledades, desamores y ficciones. Los que viven no saben y los que saben no viven.
Eduard Punset, El viaje al amor
Qué gran verdad...!! Un beso, guapa.
ResponderEliminarOtro para ti y gracias por lo que me mandaste esta mañanita.
ResponderEliminarn.