Ya no me gusta
Facebook. A todos los que me habéis preguntado, os respondo eso porque ese es
el motivo para cerrar mi cuenta, o anularla u olvidarla o lo que sea que haya
que hacer para retirarse.
Ya no me gusta
porque ocupaba muchísimo tiempo subiendo fotos que trataban únicamente de
“mira qué hago”, “mira qué como” y “mira que bebo”. Todo ya muy vacío o demasiado lleno de "yo yo yo". Además se me había atiborrado el news feed de publicidad y lo que no era publicidad era muy a menudo “hace frío”,
“hace calor” u “hoy le he puesto patata a mi gin tonic”.
Ya no me gusta.
Por inercia, por
pereza, o por lo que sea, perdía ya demasiado tiempo en ello. Ha habido días
que no he abierto un periódico pero sí he abierto Facebook, y la verdad es que
no quiero ser así.
Mi intención ahora es repartir ese tiempo en escribir cosas
más largas -en mi blog-, y cosas más cortas, -en Twitter-.
Y sobre todo voy a
intentar que ese tiempo sea el que me sobre después de haber escrito cartas
largas a mi madre, haber hablado por skype con mis amigas, haber leído con
calma los correos que cruzo diariamente con gente a la que me encanta leer y a
la que justamente conocí a través de los blogs…
Si alguien está
pensando en hacer lo mismo pero necesita un empujoncito de ayuda, propongo un ejercicio de imaginación:
Te han invitado a
una fiesta, ahí va a estar toda la gente que conoces y adoras, también, ¡oh, sorpresa! están
tus amigos del cole con quienes habías
perdido el contacto; también los primos del pueblo, que son muy salaos y solo
los ves en Navidad; aquel tío/tía bueno/a que conociste hace 5 agostos y al que al mirarle a los ojos se te erizan los pelos del cogote.
También están los de
aquel verano estudiando en Irlanda, los compis guays del curro y, en fin, todo
es maravilloso. Bebéis en copas de balón, sonreís, os hacéis fotos con una
lomo, ponéis morritos y tú eres feliz
gracias a Facebook que te ha dado todo eso.
Pero ahora,
fíjate bien, los espejos de las paredes de esa casa no son normales. Acércate... ¿te das cuenta? no son espejos en realidad, son cristales y tras ellos hay
gente observándoos. Son el señor de Telepizza, el de Privalia, el de Evax, el de Hyunday... y son ellos quienes os han reunido ahí para ver qué hacéis, qué
coméis, que os gusta y cómo os pueden vender sus cositas.
Eso es Facebook
en realidad, te puede dar igual claro, pero eso es.
Hace cuatro años hablé de cómo Facebook
podía matar al amor Resulta que a mí me ha pasado al revés, por eso me siento, en parte, como una ingrata al renegar de quien me ha presentado a mi pareja y a un amigo
imprescindible, Cochepo.
Por eso, antes de decir adiós, Marck Zuckerberg, te
doy las gracias de corazón.
@ninaraval
Noe me encanta cómo escribes, hay tanta verdad en tus palabras... Aunque te echaré de menos. Me gustaba ver esas fotos tan bonitas que cuelgas y ver dónde y cómo vives ahora, imaginarme que quizás algún día yo también me atreveré a hacer las maletas e irme a algún lugar bonito y cálido!!
ResponderEliminarBesos,
Melanie
Bueno, aquí tienes, tú y tu tropa, casa y muchas cosas maravillosas para ver.
Eliminar¿Seguimos escribiéndonos? ngener@gmail.com
Muchas gracias!!! Algún dia te tomaré la palabra!! Claro que nos seguimos escribiendo! melaniekuhn_alv@yahoo.es
ResponderEliminarBueno Nina, lo aceptaremos que otra no nos queda, pero entonces tendrás que empezar a escribir mas a menudo o si no dejaremos de aceptarlo, y nos plantaremos en Australia a liártela y a reirnos de tus cosas en persona!:P
ResponderEliminar"Ha habido días que no he abierto un periódico pero sí he abierto Facebook, y la verdad es que no quiero ser así."
ResponderEliminarCuántas veces lo he pensado...
j.