jueves, 22 de marzo de 2012

Cosas de Australia 1. Los Aussies



Llevo dos semanas largas ya en Australia.
Aún no había escrito porque creía que lo que estaba viviendo hasta el momento no era emocionante, ni especialmente divertido, ni… no sé.
No me parecía que nada estuviera a la altura de mis anteriores historias.
Hoy he entendido que nunca lo estará.
He venido aquí a vivir.
Todo lo anterior, viajes a Birmania, proyectos de cooperación en Nepal o Nicaragua, fugas de Perú a Brasil… todo eran aventuras.
Esto va a ser mi rutina, por mucho que sea rutina en las antípodas.
Al final me decido a escribir porque cumplir con lo pendiente me hace feliz.
Así que aquí estoy, dispuesta a contar cosas de este lugar. He preparado un listado de particularidades que me han llamado la atención, espero que os hagan gracia:
La primera cosa curiosa de esta gente es que no cambian la hora. El resto de Australia sí, ojo, sólo en Queensland han decidido que no.
Nadie fuma, sólo he visto fumar a los yonkies y a los homeless borrachos.
En las casas está prohibido fumar, me refiero a tu casa, la casa que alquilas y por la que pagas un dineral cada dos semanas.
Sólo puedes fumar en una casa si te la compras.
La gente sólo bebe si no va a conducir. Si cogen en el coche no se toman ni siquiera una cerveza.
Ikea es el doble de caro que en España. Aquí dicen Aikia. J
El café con leche es absolutamente delicioso. Hasta ahora es lo que más me gusta de aquí.
La gente, los desconocidos, te saludan por la calle. Son tan amables que llega un momento que parecen bobos.
Que te venga una persona a limpiar la casa, una keli, cuesta 35$ la hora. Más de lo que cobra un científico en España.
En el super, si pagas con tarjeta, da igual cuanto, puedes pedir que te den dinero de tu cuenta o de tu crédito en efectivo. Se llama cashback. Te compras un paquete de chicles de 5$ y pides 100 en billetitos.
Si vas sin casco te multan. Me refiero a yendo en bici.
En los bares y restaurantes no hay lavabo, están en la parte de atrás o en la primera planta de los edificios. Lo comparten varios comercios, es de uso público y siempre están limpios.
El transporte público es una desgracia, lo reconocen los propios australianos.
Un billete sencillo cuesta 5$.
El agua es gratis, la electricidad y el gas sí se pagan.
Los semáforos son eternos, agotan tu paciencia. Pero nadie cruza en rojo.
Aquí coges sitio en una terraza, dejas el iPhone, iPad, cartera y todo en la mesa y te vas dentro a pedir. Nadie roba, todos son descuidados porque nadie roba.
He visto a muchos australianos caminar descalzos por la calle. A mí me parece una guarrada. Mi opinión general sobre sus hábitos de higiene es negativa. Pongo un ejemplo: en Bikram hay unas 25 personas haciendo yoga a 40 grados. Pues en todo la escuela hay una sola ducha y soy la única que la usa. El resto se pasan una toallita por la cara y se van. Una cerdada.
Todo es carísimo, especialmente el alcohol. He probado algunos vinos australianos y no me están gustando de momento.
Y de mí vida aquí puedo decir que pasé la primera semana buscando un apartamento para M y para mí. Eso se hace igual que en España, se mira en Internet, se llama a las agencias, se patean calles y barrios se paga y listo.
La diferencia es que no conocíamos las agencias, ni las calles, ni los barrios ni nada.
Esta siendo todo lo difícil que se espera que sea el empezar una vida lejos.
Pero tan lejos…

2 comentarios:

  1. bikram sin ducharse!!!! WTF!!!!! q ajjjjjcooo.

    bss Alex (macuerdo muxo d vosotrros)

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  2. Estoy absolutamente de acuerdo contigo! Grandes verdades!

    Mucho ánimo,

    Noemi BG

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