domingo, 14 de agosto de 2011

De papas y cabreos





Con este post quiero explicar lo que viene ocurriendo en mi muro de Facebook desde hace, aproximadamente, dos semanas y a raíz de la inminente visita del papa.

Soy rematadamente atea, así se me ha educado. Me dejaron tener un amigo imaginario hasta los 5 años pero luego ya no. Me educaron en la razón, me hablaron de ciencia y me enseñaron que en la vida tenía que actuar de forma noble no por miedo a un castigo ni por afán de recompensas, si no porque ya había bastante gente mala por ahí como para ser yo una más.

También me previnieron sobre los fanatismos, me explicaron que las peores matanzas de la historia se habían hecho en nombre de dios, de uno u otro.

Y luego me dijeron que hiciera lo que me diera la gana.

Cambiemos de tema.

Situándonos en la actualidad la cosa está jodida, tengo a muchos conocidos en el paro y me consta que cualquier día de estos yo misma puedo estar en la calle.

En este país la clase política derrocha ineptitud.

Si bien el actual gobierno se ha encontrado con una crisis mundial por la que nos hemos despeñado sin remedio, se han cometido tantos errores que ni eso ni nada le puede ya disculpar.

El que viene ahora lo va a hacer peor, eso lo tengo claro. Al tiempo.

Y más cosas, no sólo relacionadas con la política, ya se sabe: locos que masacran a jóvenes en una isla, guerras en nombre de Alá o del petróleo o de lo que sea, y el aumento de la brecha.

Mientras escribo esto la distancia entre ricos y pobres aumenta y los más pobres no tienen ya ninguna opción.

Eso es lo más jodido.

Y de repente llega el papa.

Y le cuesta al estado 50 millones de euros que NO tiene.

No los tiene y por eso se cierran ambulatorios, y guarderías, y se despiden profesores de las escuelas públicas.

España, un estado aconfesional se gasta 50 millones de euros en hacerle la pelota con lujos y derroches a un líder espiritual.

Me cabrea.

Si hicieran lo mismo recibiendo al Dalai Lama tampoco me parecería bien, claro, pero eso nunca va a ocurrir porque aquí la gente cree que todo lo de fuera es malo. Han sido muchos años de dictadura y de gobiernos de derechas.

La cuestión es que va a ocurrir con el papa.

El jefe de la Iglesia Católica.

El jefe de un club que ha cometido, comete y cometerá atrocidades terribles.

Como yo no sé escribir os dejo aquí una carta que le ha dedicado al señor este alemán la revista Rolling Stone. Ojalá la hubiera escrito yo.

Comparto sus motivos, como la mayoría de gente que conozco.

El señor este hace esas cosas y estas otras.

Entonces me cabreo más…

Y como me cabreo mucho lo digo en mi casa, con mis amigos, y en mi cuenta de Facebook. MI CUENTA de Facebook, y me cago y me recago mil veces en la iglesia católica porque tengo motivos y soy grosera porque además de argumentos tengo corazón y es imposible que no me hierva la sangre ante semejante despropósito, como me hierve ante muchas otras injusticias.

Comparto esos motivos con el 99% de mi entorno, gente en general con más estudios que yo, más inteligentes, que leen más periódicos que yo (o escriben en ellos) y , en definitiva, profesionales y personas a las que admiro y quiero.

Todos opinamos lo mismo sobre la visita del papa.

Hay un 1% de gente a la que también quiero por muchos y muy diferentes motivos, con o sin estudios, y que han sido educados de forma diferente a la mía y a la de ese 99%. Ninguno es mejor que otro…

Hasta que llega el momento en que ese 1% que no tiene argumentos, ni datos, ni nada que apoye su postura (y ojo, que eso me da igual), se mete en mi casa y empieza a insultarme a mí y al otro 99%.

Y eso no me da igual…

Y entonces me cabreo mucho más.

Encima me dicen que les he ofendido, su único argumento es que no les gusta lo que leen, que eso les ofende y que por eso insultan.

Mi intención no es ofender, es defender mis razones y desahogarme repito EN MI CASA.

Resulta también que ese 1% se caga en el gobierno y en el Barça y en lo que le parece bien. Pero eso sí se puede, ¿no? En el papa no…

Y concluyo: quiero a mis amigos por igual, hasta que a algunos su falta de argumentos les ciega y se estrellan torpemente ante la evidencia. Me da igual lo que crean unos u otros, y no pretendo que piensen igual que yo, pero si a alguien no le gusta lo que escribo, que no lo lea, que ni mis blogs, ni mi cuenta en Facebook, ni mi Twitter son espacios de debate, para eso están los foros, la radio y los bares.

Ya sabéis: “No vayas a rezar a mi colegio y yo no iré a pensar a tu iglesia”.

5 comentarios:

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  2. Completamente de acuerdo contigo.
    Me gusta lo que dices y la sinceridad con la que lo haces.
    La gente confunde fe con estamentos de poder y a estas alturas indignarte con esto es como insultar las creencias de los católicos. Espero poder ver un estado verdaderamente laico algún día, dónde todos puedan seguir las creencias que deseen y nadie, salvo sus acólitos, las paguen. Yo voy a trabajar por ello.

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  3. Mi querida amiga.

    Lo mejor de tener a todas estas cristianas en nuestro país es que -a pesar de ser jóvenes- se bañan en la playa sin quitarse la camiseta (lo he visto con mis propios, miopes y estrábicos ojos).

    Gracias a Dios (nunca mejor dicho) son tan inocentes que desconocen que el hecho de bañarse con camiseta las convierte en "miss camiseta mojada 2011".

    Y yo que lo disfruto.

    Siempre suyo
    Un completo gilipollas

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  4. Clarito, clarito. Un beso, guapa.

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